(Gobierno de Navarra. Institución Príncipe de Viana, 2012) Aranburu Urtasun, Mikel; Derecho Privado; Zuzenbide Pribatua
El conjunto flauta y tambor tocado por un solo ejecutante fue, probablemente,
una invención medieval europea que se propagó con celeridad por los
reinos cristianos. A Navarra llegó tempranamente a través del Camino de
Santiago para dar vida a la danza en la corte y en la plaza. Al decaer en la primera,
se asentó en la tradición popular donde ha forjado su propia historia.
El músico fue conocido como juglar, tamborino, danbolin o chunchunero
hasta su moderna denominación: txistulari. Pese a las continuas medidas represoras
por su vínculo con el pecaminoso baile, el oficio de tamborilero aseguró
su estabilidad por la institución de la danza de autoridades, su
municipalización como soporte y control de las diversiones y de otros servicios
públicos y una acreditada habilidad para conjugar tradición y modernidad.
Oportunas modificaciones técnicas y una nueva orientación musical,
atribuibles al pensamiento ilustrado, lo situaron en las puertas de su actual
naturaleza artística y acomodo social. Sin embargo, la moda urbana decimonónica
renunció al txistu como instrumento principal para el baile pero lo situó
en el patrimonio inmaterial. Tras la última centuria, dinámica y compleja,
el txistu suena en el siglo XXI conservando sus rasgos históricos y enriquecido
en su esencia musical