Blanco Vaca, Juan Antonio2017-09-152017-09-1520171697-247310.7818/ECOS.2017.26-2.01https://academica-e.unavarra.es/handle/2454/25581Miles de millones de personas sufren los efectos de un acceso inadecuado al agua (Mekonnen y Hoekstra 2016). En muchas regiones del mundo la explotación excesiva de los recursos hídricos disponibles, el mal de uso de los mismos o su contaminación representan una amenaza cada vez mayor para la disponibilidad y la calidad del agua para usos agrícolas, industriales o urbanos (FAO 2009). El cambio climático puede exacerbar la escasez de agua y amenazar la seguridad alimentaria, pudiendo ser una de las causas de migraciones masivas, aumentando la conflictividad social y política (Kelley et al. 2015). Los bosques juegan un papel integral en el suministro de agua de calidad para distintos usos, y también en estabilizar y proteger los suelos de la erosión. La mayoría del agua dulce mundial se proporciona a través de cuencas arboladas, y los bosques protegen muchos embalses y presas del colmatado por sedimentos. Además, los bosques protegen las aguas subterráneas de contaminantes por medio de la labor filtrante de los suelos forestales (FAO 2009). Tanto el suelo como el agua son condicionantes esenciales en el crecimiento y salud de los árboles, y también del resto de organismos que componen los sistemas forestales. Sin embargo, debido a una demanda creciente de agua para usos urbanos, agrícolas e industriales, así como de terreno urbanizable debido a una población humana que aumenta tanto su número como su calidad de vida, los bosques están con frecuencia bajo fuertes presiones. En muchas regiones del mundo estas presiones se exacerbarán debido al cambio climático (IUFRO 2017)application/pdfspa© 2017 El Autor. Artículo publicado en Open Access bajo los términos de Creative Commons attribution Non Comercial License 3.0BosquesSueloAguaBosques, suelo y agua: explorando sus interaccionesArtículo / ArtikuluaAcceso abierto / Sarbide irekiainfo:eu-repo/semantics/openAccess