Carrasco Pérez, Juan

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Carrasco Pérez

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Juan

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Geografía e Historia

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    El impuesto del monedaje en el reino de Navarra (ca. 1243-1355): fiscalidad, demografía, historia moderna
    (Gobierno de Navarra. Institución Príncipe de Viana, 2011) Carrasco Pérez, Juan; Geografía e Historia; Geografia eta Historia
    El impuesto del monedaje en el reino de Navarra (ca.1243-1355): fiscalidad, demografía, historia monetaria Al igual que el resto de los príncipes de la Cristiandad Occidental, los monarcas navarros de las dinastías “extrañas” ejercerán su derecho de fabricación de moneda y obtendrán los beneficios derivados de la misma, pero, asimismo, deberán procurar su estabilidad y evitar las alteraciones fraudulentas de los valores de la aleación de metales preciosos. La renuncia al “derecho” a posibles mutaciones se vería compensada con la solicitud de un gravamen en metálico a sus súbditos: es el impuesto del monedaje. Acorde con la supuesta tradición y los usos de la tierra, a los reyes de “extraño lugar y de extraño lenguaje” se les impone –mediante juramento- que su derecho a acuñar moneda quedaba limitado a la duración de su reinado. A cambio, en compensación, se les reconoce la legitimidad del impuesto del monedaje. Siquiera de forma germinal, estaríamos en presencia de un cierto comportamiento constitucional o, si se prefiere, de un precoz constitucionalismo. A lo largo de algo más de un siglo, con la excepción de las actuaciones anómalas de los monarcas de la Casa de Francia, los titulares de la realeza navarra ejercieron su poder soberano en el llamado “fecho de la moneda”. Semejante prerrogativa comportaba la aplicación de un sistema recaudatorio sobre la base de un impuesto directo, aplicado a cada fuego u hogar de determinados sectores sociales (labradores y hombres de las “buenas villas”). La complejidad del sistema elegido supuso la movilización, entre 1350 y 1355, de más de medio centenar de oficiales, encargados no solo de recibir el dinero (una masa monetaria importante de 3.738.305 piezas), sino de registrar los nombres de unos 48.000 cabezas de familia. Un procedimiento costoso y, en gran medida, poco eficaz, con grandes bolsas de fraude y morosidad. La consiguiente modernización del sistema fiscal y financiero del reino de Navarra, supuso, entre otras novedades, la sustitución del viejo impuesto del monedaje por el cobro regular del señoriaje, derivado de los derechos de acuñación, arrendados a expertos fabricantes o monederos. Siempre en el marco pretendido de utilidad pública de la moneda, las cecas llegaron a proporcionar a las arcas de los príncipes unos saneados beneficios con los que hacer frente a las exigencias de un “estado moderno”.